El Museo López Villaseñor de Ciudad Real, lugar emblemático de la ciudad manchega y que acoge cada jornada del Ciclo de Conferencias «Los Toros en la Cultura», se llenó al completo en la tarde noche de ayer para escuchar el coloquio que protagonizaron el ganadero Ricardo del Río, hijo de D. Victoriano del Río, y el periodista Íñigo Crespo, que dirigió de forma magistral la charla. Junto a ellos estuvieron en la mesa Antonio Espadas y Juan Luis Huertas, en representación del Ateneo Taurino Manchego, organizador del Ciclo.
Durante más de hora y media Ricardo del Río e Íñigo Crespo hicieron un recorrido por la ganadería de Victoriano del Río, desde los orígenes de la misma, a mediados de la década de los 80 cuándo a la parte de Juan Pedro Domecq que habían adquirido a Luis Algarra, le añadieron sangre Jandilla, hasta la actualidad, en la que se ha convertido en una de las divisas más codiciadas por las figuras en las grandes ferias.
El primer triunfo importante de la ganadería llegó en 1993 en la plaza de Madrid, pero la progresión que poco a poco iba experimentando, se vio frenada en seco a raíz de una corrida muy polémica en la feria de la Magdalena de Castellón de 2003. La buena senda la retomó la vacada en 2006, al lidiar en el ciclo isidril una gran corrida, que propició que César Jiménez abriera la puerta grande y, por la que se le concedió el premio al mejor encierro de la feria. Al año siguiente, 2007, repitió éxito en Las Ventas, gracias al toro «Cantapájaros», al que El Juli le realizó una de las faenas más destacadas en toda su trayectoria en Madrid. Otro toro importante que Victoriano del Río ha lidiado en el coso de la calle Alcalá fue «Dalia», que saltó a al arena en la Corrida de Beneficencia de 2016 y al que José María Manzanares le cuajó la que, seguramente, es hasta la fecha su mejor obra en Las Ventas.
En palabras de Ricardo del Río los pilares que deben sostener una ganadería son una buena base genética, tanto de vacas como de sementales; una sanidad adecuada; la alimentación y el manejo de los animales. El toro de esta casa ganadera tiene personalidad, exige dominio y sometimiento a los toreros, razón por la que no todos, según afirmó Del Río, terminan de comprender los matices de la embestida del astado del hierro madrileño. A su juicio, el animal tiene que ser ante todo bravo, es decir, tener una capacidad de lucha y de pelea hasta la muerte, no perdonando jamás en un tentadero la mansedumbre, buscando siempre que haya un equilibrio en el comportamiento de la vaca o del macho en todos los tercios. Contando también con la intuición del ganadero, los avances genéticos que se han conseguido en los últimos años (inseminación artificial de las vacas, banco de semen…) han sido fundamentales para mejorar y alcanzar la excelencia del momento actual. Un total de 123 toros ha lidiado Victoriano del Río en la temporada 2022, logrando triunfar en multitud de cosos relevantes de España y Francia: Las Ventas de Madrid, la Maestranza de Sevilla, Pamplona, Bilbao, Arles, Nimes…
Foto: Prensa Ateneo Taurino Manchego