Los dos novilleros toledanos han cuajado dos extraordinarias faenas a los mejores ejemplares del encierro de Montealto, que ha lucido una imponente presentación
Ficha
Plaza de Toros de Villaseca de la Sagra (Toledo). Tercera novillada del Alfarero de Oro. Casi lleno. Astados de la divisa de Montealto, de enorme seriedad y cuajo de toros. Los mejores 4º y 5º, éste «Limonero», nº 13, castaño, premiado con la vuelta al ruedo. El resto faltos de entrega y a menos.
Jorge Molina (Obispo y oro): Ovación y 2 orejas.
Guillermo García Pulido (Malva y oro): Ovación y 2 orejas.
Tristán Barroso (Rosa y oro): Silencio tras aviso y Silencio tras aviso.
Muy apagado ha llegado al tercio final el primero de la tarde
Recibió con suavidad y cuidando a su oponente Jorge Molina que parecía no andar sobrado de fuerza. Un único puyazo recibió el de Montealto, discreto paso por banderillas. Brindó a un aficionado una faena que estuvo marcada por el poco juego del animal, que no transmitía prácticamente nada en sus embestidas. Lo intentó Jorge, pero no hubo oportunidad de lucimiento. Pinchazo, media estocada y golpe de descabello. Ovación con saludos.
Ante el sometimiento de la muleta de García Pulido, rehúye la pelea el segundo de Montealto
Un auténtico tío el segundo de la tarde, que recibió una calurosa ovación de bienvenida. Dos puyazos recibió medidos, por lo que Tristán Barroso aprovechó su turno de quites por chicuelinas. En banderillas, cundió el pánico y apuntó estuvo de ser cogido en un par el hombre de plata. Faena de oficio, y de querer hacer todo por y para el novillo de García Pulido. Acortó mucho en sus embestidas el de Montealto y poco más pudo hacer el novillero que estar delante de él. Más de media estocada atravesada. Ovación con saludos.
Disposición de Tristán Barroso ante el manso tercero
Con mucha plaza también el tercero que se quedó corto de salida. Manseó en varas, donde fue masacrado, y abroncado el picador. En banderillas no fue fácil, complicando su labor a los de plata. Brindó al público una faena donde la mansedumbre fue la tónica predominante de la misma. Disposición de Tristán Barroso ante el descastado animal. Realizó bien la suerte suprema aunque la espada cayó algo contraría, varios golpes de descabello. Silencio tras aviso.
Entrega y verdad en la faena de Jorge Molina al cuarto
Seriedad tremenda del cuarto de la tarde, donde algunos aficionados lo recibieron de pie mientras la plaza lo ovacionaba. Lucha correcta en el caballo y discreto tercio de banderillas. Brindó Jorge Molina al público una faena de mucho mérito y valor ante el de Montealto que era complejo, pero que transmitía en sus embestidas. Por la mano derecha consiguió ligar un par de tandas en los inicios, aunque las mejores cotas llegaron cuando de uno en uno se los robó al serio novillo. La colocación, el temple y el correr bien la mano fueron la claves de la faena. Mató de una gran estocada. Dos orejas.
Trasteo de enorme calado de García Pulido al bravo quinto
Poco pudo hacer de salida García Pulido ante otro novillo serio de Montealto. Empujó bien en varas el novillo y, de nuevo, discreto tercio de banderillas. Arrebatado salió García Pulido con la montera en mano para brindar y parecía que algo podía pasar en el ruedo y así fue. Toreo asentado y de mano baja de Guillermo, especialmente con la mano derecha. También hubo naturales muy toreros, que hicieron rugir a la plaza. Final por luquesinas muy ajustado que terminó de levantar a la gente de su sitio. Mató de una gran estocada que hizo rodar al novillo sin puntilla. Dos orejas y vuelta al ruedo al novillo.
Las ganas de Tristán Barroso se toparon con la poca clase del sexto
Se fue a la puerta de chiqueros Tristán Barroso para recibir por chicuelinas al último de la ya caída noche en Villaseca, y consiguió llegar con los tendidos. Lucha de bravo en el caballo de Montealto en los dos puyazos que recibió. Gran ovación al varilarguero Victoriano Sánchez. Brindó al público y comenzó Barroso una faena que fue de más a menos. Empezando intensamente en los medios con la mano derecha y manteniendo a la plaza atenta. Según fue avanzando la faena, se fue diluyendo lo construido, en especial, por la condición del animal que echaba la cara arriba. Estocada contraria y varios golpes de descabello. Silencio tras aviso.
Crónica y Fotos: David Castellanos