El valenciano corta dos orejas tras una inteligente faena rematada con una extraordinaria estocada
Prácticamente a nueve mil kilómetros de Valencia y seiscientos sesenta días después, Jesús Duque volvió a trenzar un paseíllo vestido de luces. Fue en la plaza de toros de San Lorenzo, en la localidad andina de Tanicuchí. Una tarde condicionada por el viento y el mal estado del piso de plaza.
Con todo ello, Jesús Duque caló en la afición andina tanto por su concepto como por su oficio, que evidenció en la lidia de su toro. El de José Mettler apuntó su condición de mansedumbre ya desde su salida, muy a su aire y sin querer saber nada de los capotes. Duque se fajó con el toro y consiguió hilvanar una serie de verónicas por ambos pitones que cerró con una media llegando con mucho eco a los tendidos.
No se atemperó el toro en el caballo, y en banderillas siguió demostrando ser puro nervio sin clase ni entrega. Y ahí llegó Duque, muleta y espada en mano fue tanteando al toro por ambos pitones, sobando, todo muy templado, todo a favor del toro para que el conjunto hiciera mejorar su mal comportamiento.
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Faena inteligente y muy bien estructurada que tuvo recompensa. En paralelo a tablas consiguió el de Requena sujetar al toro en la muleta en la salida de cada muletazo. Asentó las plantas para demostrar quien mandaba y fue ahormando la embestida del toro hasta hilvanar un trasteo muy meritorio que el público supo valorar.
Se entregó el toro y Duque ganó la pelea. Para el recuerdo quedan algunos pases de pechos rematados al hombro contrario con mucha torería, y sobre todo la soberbia estocada con la que pasaportó al de José Mettler sin puntilla y avalaron las dos orejas que paseó el valenciano ante un público entregado.
Plaza de Toros de San Lorenzo · Tanicuchí (Ecuador).
Festival Taurino. Domingo, 4 de julio de 2021.
Toros de José Mettler.
Gabriel Ceballos: oreja.
Juan del Moral: oreja.
El Lojano: silencio tras dos avisos.
Ricardo Valdez: silencio.
Jesús Duque: dos orejas.
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