Cuarta entrega de las Corridas Generales en Bilbao, con Enrique Ponce como cabeza de cartel, que recibió una sentida ovación previa al primer toro. Dos tercios de entrada con unos tendidos muy animados. Cielo cubierto y clima agradable al inicio del festejo.
Dependiente (539kg) de Zalduendo para Enrique Ponce: Dulce inicio en el capote que contrastó con la enorme potencia que mostró el toro en el caballo. Entró cuatro veces a varas, en las dos primeras tiró al picador, creando situaciones de riesgo, y volvió a entrar en dos ocasiones en el caballo que guardada la puerta. Apretado tercio de banderillas que dio paso a unos primeros derechazos en los que el toro claudicó en dos ocasiones. Con labores de enfermero, Ponce hizo sonar la música y comenzó a bailar con Dependiente. Pero el toro se apagó y Ponce decidió dejarle un estoconazo. Petición de oreja que el señor presidente no concedió y ovación para el toro en el arrastre. Público dividido con la opinión del trofeo, pero que al unánime ovacionó al valenciano.
Ingresado (551kg) de Zalduendo para Diego Urdiales: Ovación previa a la salida de toriles para el riojano, que mostró su característica torería desde el primer momento. Escaso de fuerzas en el capote y varas, la res fue silbada enérgicamente por el concurrente. Desastroso tercio de banderillas que en la primera tanda Urdiales hizo olvidar. Pases largos, ejecutados con una tremenda tranquilidad levantaron los «olés» de Vista Alegre. Un auténtico placer para los sentidos los naturales que el de Arnedo mostró. Impecable estocada y oreja de peso para Urdiales. Silencio en el arrastre para el toro.
Respetuoso (538kg) de Zalduendo para Ginés Marín: Recibido a verónicas, el toro únicamente fue marcado en varas. Gran tercio de banderillas con desmonteramiento de los subalternos. Faena de dudas, con mucha distancia y muletazos sueltos, que no dejó nada destacable. Estocada efectiva a la suerte contraria. Silencio para el diestro y silbos para la res.
Decano (533kg) de Zalduendo para Enrique Ponce: Capote y varas rápidas, para continuar con un estrepitoso tercio de banderillas. Mucha plástica y exquisitos muletazos que exprimieron la embestida de un toro lento y sin recorrido. El pitón derecho fue el único que le permitió una buena tanda, la cuarta concretamente. Pinchazo hondo y descabello tras aviso. Notablemente enfadado marchó el diestro que recibió aplausos de los tendidos. Silencio en el arrastre.
Cadencioso (553kg) de Zalduendo para Diego Urdiales: Suelto en el capote y sin fuerza en el caballo se comportó el quinto de la tarde. Gran tercio de banderillas en la que los hombres de Diego saludaron. Con un silencio sepulcral, el de Arnedo no consiguió ligar al natural. Laborioso pero sin respuesta, Urdiales no transmitió. Pinchó en dos ocasiones, dejó una tercera trasera y acabó con el verduguillo a la segunda. Aplausos para el diestro y silbos en el arrastre para Cadencioso.
Tabarra (544kg) de Zalduendo para Ginés Marín: Astifino, aplaudido en su salida, mostró aptitudes en las verónicas del capote. Casi crudo quedó para el tercio de varas, donde los subalternos de Marín fueron ovacionados. Primera tanda que animó los tendidos a pesar de que el morlaco perdió las manos en repetidas ocasiones. Embestida al paso con un joven matador que se recreó sobre la oscura arena de Bilbao. Se vino arriba la faena pero Marín decidió acabar con el toro en el momento álgido. Manoletinas cambiadas, pinchazo sin soltar, un segundo pinchazo, aviso, media estocada tendida y descabello a la segunda. Ovación para el de Jerez de la Frontera y aplausos en el arrastre. Gran ovación para los tres maestros en la despedida. El público marcha feliz, viendo que la feria va «in crescendo» y que día a día las butacas se van llenando.
Fotos: Prensa BMF Toros – Casa Chopera