Plaza de toros de Albacete. Corrida de toros. Octavo festejo de Feria. Lleno de «No hay billetes».
Se lidiaron seis toros de Daniel Ruiz, bien presentados. Primero noble y flojo. Segundo bis noble y flojo, pitado en el arrastre. Tercero encastado, ovacionado en el arrastre. Cuarto noble y justo de fuerza. Quinto encastado, aplaudido en el arrastre. Bueno el sexto. El Juli (de gris perla y azabache): estocada entera arriba (ovación); pinchazo y entera arriba (oreja).Roca Rey (de nazareno y azabache): estocada entera caída (dos orejas); pinchazo hondo y descabello (ovación con saludos tras petición no atendida).
José Fernando Molina (de blanco y oro), que tomaba la alternativa: estocada entera caída (oreja); casi entera arriba y seis descabellos (ovación con saludos tras aviso).
José Fernando Molina tomó la alternativa con el toro «Emperador», número 52, de 512 kilos de peso. Antonio Chacón saludó tras banderillear al quinto.Ambientazo de «No hay billetes» en Albacete para ver al arrollador Roca Rey, al magistral Juli, y la alternativa de un torero de la tierra que quiere torear bien, aunque en el toro de la ceremonia tan sólo pudo apuntar tal intención, pues el de Daniel Ruiz quiso más que pudo y, aunque en los primeros tercios parecía que duraría muy poco, al menos se mantuvo en pie y fue tras la muleta del toricantano, si bien fuera defendiéndose y no hasta el final. El mérito de Molina -o al menos uno de ellos- radicó en no violentar la embestida y tocar con la bamba suavemente. Aún así la faena solo se sustentó en su firmeza y buenas intenciones, dejando una estocada entera caída como colofón, y recibiendo una oreja.
Otro aire tuvo la faena al sexto, un ejemplar encastado que pedía firmeza, sitio y evitar que tocara la muleta con el fin de que no se defendiera. Y como Molina, en esta ocasión, no anduvo tan templado como en el primero, tomó el lícito camino del arrimón, los desplantes y los circulares de frente y por la espalda, también para regocijo de los tendidos. Marró con el descabello, perdiendo la opción de cortar el trofeo que le habría permitido tener la foto de una salida a hombros junto a Roca Rey en su alternativa.
El primero de El Juli, segundo de la tarde, se derrumbó a las primeras de cambio y fue devuelto, saliendo un sobrero de la misma ganadería, atacado de carnes (pesó 575 kilos) y con el fuelle muy justito. Embistió algo mejor por el derecho pero, aun así, no duró lo suficiente para que el madrileño hilvanara faena.
El Juli pudo haber arrancado las dos orejas al manejable y flojo cuarto, aunque un pinchazo previo a la estocada dejó el premio en singular. En realidad se trató de un acto de responsabilidad de figura (y de defensa de un estatus ante Roca Rey), en el que no quiso dejar de puntuar, aunque fuera teniendo que darlos de uno en uno y ninguno tuviera excesivo contenido estético; no hubo lugar a ello, y sí al arrojo y hacer pasar al toro cuando éste se resistía.
Todo lo ocurrido en el encastado tercero estuvo presidido por la entrega, tanto de Roca Rey como del público, que recibió con auténtico gozo todo lo realizado por el peruano, fuera de la categoría que fuera. Porque hubo de todo; un entonado recibo a la verónica, derechazos largos, mandones y ajustados, naturales lentos y cadenciosos cuando descubrió la calidad del de Daniel Ruiz por el pitón izquierdo, y luego también luquesinas, arrucinas, bernadinas, redondos… De no caer la estocada desviada posiblemente se le habría pedido el rabo.
El codicioso quinto fue bien picado -y medido- por José Manuel Nogales, permitiendo que tal ímpetu se mantuviera. Y se mantuvo, porque Roca Rey le bajó la mano y lo condujo rotundo, aunque sin dejar que el de Daniel Ruiz se viniera (tan solo le dio distancia en el vibrante inicio de faena esperándolo en los medios para interpretar varios pases cambiados por la espalda). En cercanías el toro punteaba protestando, y como ese fue el planteamiento de Roca consiguió escasa limpieza. Además pinchó y en éste no hubo premio tangible.
Crónica: J.C.S.
Galería de Fotos y Vídeo: Prensa UTE Casas – Amador
Foto Portada: José Román Lozano – Prensa Roca Rey