El diestro Andrés Roca Rey ha abierto la Puerta Grande del Coso de la calle Insurgentes tras cortar dos orejas a su primero de la tarde, de nombre «Amanacer» y de la ganaderia de La Estancia. Un toro que acusó la falta de raza pero que gracias a su transmisión dejó ver a las más de 25 mil almas el momento de Roca Rey.
El toro salió suelto, Andrés lo recoge a pies juntos y remata con el capote a una mano con mucha torería, suavidad e improvisación. Lo lidia Antonio Chacón y tras un puyazo, Roca Rey cambia el tercio dejándolo muy entero. Antes de coger la muleta, lo citó desde los medios en un quite por chicuelinas alternadas con tafalleras de vértigo y rematadas con una revolera con mucho desmayo.
El toro comenzó a mostrar su falta de raza. El comienzo por estatuarios fue de infarto. Dejando la muleta muerta con el pico abajo apenas tocaba para transportar al toro. En el cuarto se le queda debajo pero el peruano resuelve con frescura en un pase de pecho a pies juntos mirando al público.
La primera tanda con la diestra el toro transmite aunque suelta la cara buscando el engaño pero Andrés no se lo permite sometiendo con firmeza y la mano muy baja. Las tandas se suceden con más temple y suavidad en un palmo de terreno aunque el toro, que se siente podido, comienza a escarbar. Lo cambia en un redondo y remata con uno de pecho interminable. El público muy metido en la faena sigue jaleando al borde de la locura.
Un cite con la derecha cambia de mano a la izquierda ligando un natural en redondo interminable que pone la plaza en pie. El toro toma bien la muleta y se desplaza hacia adentro buscando su querencia huidiza. Los naturales son soberbios y se suceden con remates improvisados y cargados de imaginación. Muy torera toda la faena. Ya en las tablas, se liga una tanda con la derecha casi inverosímil que remata con una arrucina casi de frente y un desdén mirando la público.
Un cierre emulando el inico de faena por estatuarios y un espadazo soberbio, unifica la petición que le concede las dos orejas de inmediato.
«Buen Amigo», toro hondo de casi 600 kilos. Ancho de pecho, más fijo al suelo no permitió un saludo capotero.
Roca Rey se fue a los medios y brindó al público. Comenzó la faena a pies juntos y pronto se lo sacó a los medios y lo cambió de terreno para intentar favorefer la lidia. El toro con una embestida deslucida, soltó la cara de forma constante pero Roca Rey se la dejó muy puesta y muy firme desde el primer muletazo. Aguantó sus calamocheos y derrotes a base de un valor interminable. Lo intentó por ambas manos sin perder la fe a pesar de la poca calidad de las embestidas del que no quiso ser un «Buen Amigo». Lo pasaportó de buena estocada algo contraria y fue necesario dos golpes de descabello.
Foto: Manolo Briones
Teseo Comunicación – Roca Rey