José María Manzanares cuajó de principio a fin a «Palangrero» de la ganadería de Jandilla. Lo recibió con temple a la verónica. El de Jandilla se empleó en el caballo de Chocolate y se entregó en banderillas donde se desmonteraron Daniel Duarte y Domingo Valencia. Un entregado Manzanares toreó con mucho gusto por ambos pitones, pero con especial relajación y pureza sobre la izquierda. El enclasado toro de Jandilla derrochó a su vez nobleza y José María Manzanares sacó lo mejor de él. Los tendidos se llenaron de pañuelos blancos mientras Manzanares seguía toreando al natural para deleite de todos y, finalmente, el presidente concedió el indulto. Manzanares paseó dos orejas y rabo simbólicos acompañado del hijo de Borja Domecq en una vuelta al rueda llena de emociones.
Otras dos orejas cortó el diestro de Alicante al sexto de la noche. Un toro rebrincado al que sometió por ambos lados hasta conseguir templar sus embestidas. Ligó muletas extraordinarios por el pitón derecho y en los medios mató de una estocada recibiendo.
Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de D. Borja Domecq y se entregó una placa a su hijo por parte de la propiedad de la plaza de toros de Mérida.
Prensa José María Manzanares