En la noche de ayer comenzó el ciclo de tertulias invernales de la prestigiosa Asociación El Toro de Madrid, que tendrán lugar a lo largo de todo el mes de Noviembre.
El primer invitado del citado ciclo de tertulias fue el diestro Fernando Robleño, quién cuajó una actuación para el recuerdo el pasado 18 de Septiembre, dando hasta tres vueltas al ruedo al fallar con la espada frente a ejemplares de Hoyo de la Gitana y José Escolar.
Junto al torero madrileño ocuparon la mesa el Presidente de la Asociación El Toro de Madrid, Roberto García Yuste, y el amigo de la Asociación, Óscar Escribano, que fue quién presentó al matador invitado.
Una frase que pronunció Fernando Robleño al comienzo del coloquio define a la perfección lo que se vivió en la Monumental de Las Ventas la citada tarde del 18 de Septiembre, «Hay puertas grandes que se olvidan pero hay tardes que no se olvidan», afirmando seguidamente que esa tarde ha sido, hasta ahora, la más completa de su carrera. Del primero de su lote, de Hoyo de la Gitana, dijo que fue un animal muy exigente, con una arrancada fiera, y al que le hilvanó una faena llena de emoción. La ejecutada a su segundo, «Camionero», de José Escolar, fue realmente muy completa.
También se refirió a otras tardes suyas en el coso de la calle Alcalá, como la puerta grande en Octubre del año 2022 con toros de Victorino Martín; la magnífica faena que le instrumentó al toro «Navarro», de Valdellán, en Septiembre de 2018, o la actuación que firmó el pasado San Isidro ante las reses de Samuel Flores. Desde ese 30 de Mayo en Madrid no se volvió a enfundar el vestido de torear hasta el 17 de Agosto en Almorox, para dar cuenta de un encierro de Gavira. Ese día pudo cortarle el rabo al segundo cornúpeta de su lote, y lo que fue más importante coger confianza para lo que llegaría después.
Del igual forma, aseguró que por vivir el momento que ahora está viviendo han merecido la pena todos los años de lucha y de sacrificio. También manifestó que él siente el toreo puro pero que en muchas ocasiones, en las corridas en las que está acartelado, no lo puede sacar. De ahí, el gran mérito de seguir con ese concepto, sin malearse, algo que ahora le ha reportado la satisfacción de poder cuajar como lo hizo al cornúpeta de José Escolar. Continuando con aspectos de su particular tauromaquia, se calificó como un «estoqueador irregular», del mismo modo que afirmó también que hay veces que le cuesta vaciar la embestida del animal al torear con la mano derecha, que puede ser un defecto en los toros con menos recorrido pero una virtud en los que embisten más largo y por abajo, ya que la belleza del muletazo es mayor al torear con la panza de la muleta y la palma de la mano.
Por último, preguntado por las ganaderías que le gustaría lidiar próximamente en Madrid, aseveró que él jamás renunciará a las ganaderías que lo han puesto dónde está ahora, porque son las que le han permitido llegar hasta ahí, pero que también le gustaría torear en Madrid en un cartel de figuras y con otro tipo de ganaderías, poderse medir con ellos, así como también que ellos torearan las corridas a las que él se tiene que enfrentar habitualmente.
Imagen: Asociación El Toro de Madrid