Plaza de toros de Almería. Tercera de abono. Dos tercios.
Toros de Núñez del Cuvillo. Desigual presentación. 1º enclasado, 2º con genio, 3º informal, 4º deslucido, 5º faltó duración pero con clase y 6º manso.
Emilio de Justo (sangre de toro y oro). 2 orejas, ovación y oreja.
Roca Rey (tabaco y oro). 2 orejas, oreja y ovación.
La esperada reaparición de Emilio de Justo no defraudó y tras un emotivo recibimiento por parte del público completó una tarde en la que disipó todas las dudas y ofreció una tarde plena de toreo grande y caro que le sirvieron para cortar tres orejas. Otras tres cortó Roca Rey con el lote más desagradable teniendo que tirar de registros más efectistas y de valor en cada uno de sus toros. Se libró de la cornada tras una fea voltereta en el cuarto de la tarde sin consecuencias aparentes.
“Esparraguero” de Núñez del Cuvillo pasará a la historia de la carrera de Emilio de Justo por ser el toro de su reaparición en Almería. De Justo pronto disipó todas las dudas acerca de su estado físico. Lanceó a la verónica con un gran juego de brazos para llegar a los medios y recitarle tres chicuelinas con mucho ajuste y empaque. El castaño tenía mucha clase pero también muy poca fuerza y esto condicionó el inicio de faena del extremeño. De menos a más fue armando la faena con muletazos con la diestra a media altura y acompañando con la cintura. Con la zurda el toro tenía un tranco más y De Justo lo aprovechó. Con los vuelos lo toreó, lo sintió, lo saboreó, cada natural un cartel de toros. Después tiró la espada y lo toreó con la diestra al natural con la misma receta, los vuelos y la suavidad. Siempre bien colocado, siempre cargando la suerte, siempre con su pureza y su verdad. Cerró con manoletinas de compás abierto toreando al toro, nada de tremendismos. Estocada de libro. 2 orejas.
‘Aguilito’ tenía menos plaza que su hermano primero y mucha menos clase, más bien tuvo genio. Roca Rey lo dejó todo para la muleta. Comenzó con un toreo por bajo de poder y sometimiento. Tras esta tanda el animal dio un espectacular volantín y el toro quedó sin tanta transmisión. Roca se metió entre los pitones y exigió al toro con una tanda en redondo de mano baja, ligazón y ajuste. El final de faena fue apoteósico con un dominio absoluto del toro. Un arrimón de ley. Le tocó los muslos con los pitones en varias ocasiones sin inmutarse. Entre tanto tres circulares invertidos limpios y enteros que puso al público en pie. Estocada entera. 2 orejas.
No fue claro el tercero de la tarde, ‘Currito’ de nombre y de aspecto anovillado. El comportamiento de este Cuvillo fue cambiante, informal en sus embestidas y deslucido. Muy voluntarioso estuvo Emilio de Justo. Intentó alargarle las embestidas y empujarlo hacia adelante en todo momento con el temple de su muleta. Le pudo más con la diestra y más conseguida fue su última tanda donde le obligó más y remató con un gran pase de pecho. Pinchazo y estocada. Ovación.
Reservón y con mal estilo fue el cuarto de la tarde. Roca Rey realizó un quite variado de capote por chicuelinas, tafalleras y cordobinas muy vistoso. El toro fue muy deslucido, soltando la cara y sin entregarse en ningún momento. Muy voluntarioso Roca fue poco a poco pegando pases sin gran eco. Finalizó pegándose otro arrimón donde el toro lo prendió de manera fea por la pierna levantándolo del suelo. Volvió a la cara del toro arrebatado para dejar una tanda en redondo vibrante que levantó al público de sus localidades. Pinchazo y gran estocada. Oreja.
‘Tramposo’ tuvo demasiado peso para aguantar la exigencia de la lidia moderna. 610 kg de toro con buen fondo y clase pero de escasa duración. Emilio de Justo lo bordó con un quite por chicuelinas de gran ajuste plasticidad que pusieron la plaza en pie. En banderillas destacó ‘El Algabeño’ con dos grandes pares de exposición. Vibrante fue el comienzo de faena por bajo de De Justo que corrió bien la mano y compuso de forma torera. Le dio tiempo y distancia y el toro se le vino, muleta por delante, embarcó las embestidas y remató atrás, giró talones y otra vez. Dos tandas geniales en redondo, donde por momentos desmayó la figura y rugieron los ‘olés’. Después el toro echó el freno y la faena cayó en intensidad teniendo que ser de uno en uno. Destacó una buena tanda de naturales, con la figura más erguida y con ausencia de toques que volvió a alzar la temperatura de los tendidos. Pinchazo y estocada. Oreja.
Cerró plaza ‘Tortolito’, un toro mansito que le costaba humillar y que no tenía fijeza. Roca Rey, mermado aparentemente de la voltereta anterior, demostró el porqué de su condición como máxima figura del toreo. Hasta cuatro pases por la espalda en los medios le dio para poner al público en ebullición. La faena no pudo ser redonda, el toro salía desentendido de los engaños pero Roca no cesó en el intento hasta llegar a una tanda final de rodillas tirando de raza y ganas pasándoselo nuevamente muy cerca. Dos pinchazos y estocada. Ovación.
Fotos: Arjona – Prensa Lances de Futuro
Crónica: Curro de Dios