Plaza de toros de Manzanares (Ciudad Real). Corrida de toros con motivo de su Feria y Fiestas. Dos tercios de aforo cubierto. Astados de la ganadería de Las Monjas, nobles aunque faltos de raza en general.
David Fandila «El Fandi» (Azul marino y oro): 1 oreja y 1 oreja tras aviso.
Alberto López Simón (Grana y oro): 1 oreja y 1 oreja.
Ginés Marín (Azul turquesa y oro): 1 oreja y 1 oreja con petición de la segunda.
Buen ambiente de toros el que se ha vivido esta tarde en una de las plazas emblemáticas de Castilla-La Mancha, como es la de Manzanares.
Al encierro de Las Monjas le ha faltado raza y transmisión, si bien han dejado hacer a los toreros que han estado a gusto frente a ellos, molestados por el viento, fundamentalmente en la primera parte de la corrida.
El Fandi ha saludado al primer toro de la suelta con una larga cambiada en el tercio, prosiguiendo después con lances rodilla en tierra. Tras una mala pelea del toro en el peto, el diestro granadino toma la banderillas, poniendo en pie al público, sobre todo con el tercer par, ejecutado al violín. Entre las rayas ha hilvanado El Fandi una faena en la que los mejores momentos han llegado al torear al natural, ya que por el pitón derecho el de Las Monjas se quedaba más corto. Concluye el trasteo con molinetes y un desplante de rodillas. Estocada corta en buen sitio. Una oreja.
Con otra larga cambiada ha recibido el de Granada al cuarto de la tarde. Después del paso por el caballo, quita por navarras David Fandila. Hasta cuatro pares de rehiletes ha clavado sobre el morrillo de su oponente, atendiendo la solicitud del respetable. De hinojos comienza la faena de muleta, en la que no le puede bajar la mano en ningún momento al toro. Con suavidad y con mucho oficio ejecuta una labor en la que prima la voluntad y las ganas de agradar, debido a las condiciones del astado. Finaliza con manoletinas. Pinchazo, estocada corta desprendida y descabello. Una oreja tras aviso.
Alberto López Simón ha recibido a su primero con lances a pies juntos, intercalándolos con chicuelinas. Igualmente, por chicuelinas al paso ha llevado el toro al caballo el torero madrileño. Ya en el último tercio, faena templada y ligada la de López Simón, basada en la mano derecha, puesto que por el pitón izquierdo tenía menos recorrido. Cuando se para el de Las Monjas se mete entre los pitones, pegándose un arrimón. Estocada algo tendida. Una oreja.
El quinto ha manseado en el primer tercio, llegando a la faena de muleta con escasa raza. López Simón firma una labor voluntariosa y tesonera, poniendo la emoción que le faltaba a su antagonista. El broche al trasteo son unas ceñidas manoletinas. Estocada en la que recibe un pitonazo del toro en el cuello. Una oreja.
Variado con el percal ha estado Ginés Marín frente al tercero del festejo, saludándolo con lances a pies juntos y quitando por chicuelinas con serpentina de remate en el quite después del puyazo. Después de iniciar su faena de rodillas, el diestro extremeño logra los momentos más álgidos de la labor muleteril al manejar la mano derecho, dejándosela puesta en la cara para evitar que se parara. Inteligencia y cabeza despejada de Ginés Marín, que se gusta en los remates de las series. Bernadinas finales, de escalofrío. Pese a los dos pinchazos previos a la estocada, pasea un trofeo.
Un auténtico arrimón se ha pegado Ginés Marín en la faena de muleta del sexto de la tarde, poniendo toda la carne en el asador para salir también a hombros. El toro de Las Monjas no había mostrado buena condición de salida, pensándoselo mucho en el saludo capotero. Reservón y con oleadas de manso, Ginés tira de él en varias series de muletazos templadas. Cuando echa el freno el cornúpeta, deja que los pitones le rozen la taleguilla, con desplante final incluido. Gran estocada. Una oreja con petición de la segunda.
La terna de matadores han salido en volandas por la puerta grande.
Foto: Prensa Ginés Marín