Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Corrida de la Beneficencia, fuera del abono de San Isidro. Lleno de «no hay localidades». Ejemplares de la ganadería de Alcurrucén, de gran seriedad y cuajo, variados de capa y de comportamiento pero siempre manteniendo el interés de los aficionados. El mejor el 4º, que ha sacado un gran fondo.
José Antonio «Morante de la Puebla» (Grana y oro): Silencio y 1 oreja.
Julián López «El Juli» (Berenjena y oro): Saludos y Silencio.
Ginés Marín (Azul marino y oro): Saludos tras aviso y Saludos tras dos avisos y leve petición.
Incidencias: S.M. El Rey de España, Felipe VI, ha presidido en el Palco Real la Corrida, recibiendo el brindis de los tres toreros en sus primeros toros.
Corrida de máxima expectación hoy en Las Ventas, que al contrario que ha sucedido en otras ocasiones, no ha defraudado a la concurrencia, que ha cubierto al completo los tendidos del coso capitalino. Corrida marcada por la extraodinaria faena que ha cuajado José Antonio «Morante de la Puebla» al cuarto toro de la función.
Dicho ejemplar de Alcurrucén ha echado las manos por delante y la cara alta en el capote del diestro sevillano en el recibo. Posteriormente, tampoco ha llevado a cabo una buena pelea en varas, propinándole una caída al picador Aurelio Cruz Ríos. Pero desde el mismo inicio de faena del torero cigarrero, con ayudados a media altura de gran torería, se ha apreciado que la obra iba a ser cumbre. Es cierto que el astado de Alcurrucén ha sacado un gran fondo de nobleza y de clase, pero también lo es que eso ha sido posible gracias a la entrega y al sitio que ha pisado José Antonio Morante Camacho. Muletazos al ralentí, enganchando al toro con la panza de la muleta y conduciéndolo embebido de tela hasta el final. Verdad y pureza máxima en el toreo de Morante, que se ha roto por completo hoy en el ruedo de Las Ventas, abrochando cada una de las series con pases de pecho de pitón a rabo. La última serie de naturales a pies juntos, citando completamente de frente, ha sido la culminación perfecta a la labor del torero de La Puebla. Estocada corta tendida, entrando a matar con la misma verdad con la que antes había toreado. Se hace necesario el uso del descabello. Por eso, se ha reducido el premio a una sola oreja, pero por encima del resultado tangible y numérico, Morante ha firmado hoy en Madrid una faena que quedará en los anales de la Tauromaquia.
El primer toro de la tarde ha sido, quizá, el que ha dado menos opciones de lucimiento a su matador, metiéndose por dentro, sobre todo por el pitón izquierdo, manseando en el caballo y guardándose mucho en la breve faena de muleta de Morante de la Puebla, que enseguida ha montado la espada, ya que ha salido desde el principio con ella. Falla con el acero. Silencio.
El segundo de la suelta ha sido otro de los toros con posibilidades del sexteto enviado hoy al coso venteño por la familia Lozano. Desde un primer momento ha querido coger los chismes por abajo, aunque se ceñía al cuerpo del torero por el lado izquierdo. Quite por chicuelinas de Ginés Marín, en su turno. Faena importante de El Juli, que poco a poco, con un conocimiento y una técnica magnífica ha ido puliendo la brusquedad que tenía el toro en su embestida al inicio del trasteo, terminando por imponerse a su antagonista, con mando y firmeza. Más profundidad han tenido las series con la mano izquierda, por dónde el burel hacía las cosas con más entrega. Una vez más en esta Feria de San Isidro, cuando seguramente tenía El Juli la oreja en la mano, ha llegado un pinchazo previo a una estocada corta trasera y dos golpes de verduguillo. Saludos.
El quinto cornúpeta de la corrida ha sido muy distinto, falto de raza y de transmisión. Por momentos, parecía que El Juli podía meterlo también en la canasta pero finalmente no ha sido así, viniéndose muy a menos, y tendiendo ya al final a defenderse más que otra cosa. Han sido necesarias varias entradas con el acero, además de un descabello para atronar definitivamente al de Alcurrucén.
El único toro de la tarde que se ha dejado torear de salida con el capote ha sido el tercero, aprovechándolo Ginés Marín para enjaretarle varias verónicas templadas, hasta que el animal ha salido suelto. Gran juego de brazos ha tenido también el quite por verónicas de Ginés Marín, rematado con una gran media. El comienzo de faena, con muletazos por bajo, del torero extremeño ha hecho concebir esperanzas de que podía verse algo grande pero el toro se ha ido apagando poco a poco. Ginés Marín ha vuelto a estar, una vez más en este ciclo isidril, a un nivel importante, dispuesto, firme y con mucha capacidad. Estocada trasera y tendida y dos descabellos. Saludos tras aviso.
El astado que más ha manseado de todos los jugados hoy en la Corrida de la Beneficencia, ha sido el sexto. Suelto ha salido del capote de Ginés Marín, repuchándose y no empleándose tampoco en varas. Ya en banderillas, ha evidenciado el ejemplar del hierro toledano querencia hacia los terrenos de dentro, algo que se ha acentuado en la faena de muleta de Ginés Marín, que se ha desarrollado prácticamente toda junto a la puerta de chiqueros, dónde el toro quería estar y dónde a base de dejarle la pañosa en la cara y con una actitud muy seria y un gran compomiso, el diestro con raíces jerezanas ha hilvanado un trasteo de enorme mérito, por el sitio tan difícil que ha pisado. Ha terminado su labor con unas bernadinas en las que se ha pasado muy cerca los pitones de «Javito». Estocada atravesada, tardando el toro en caer, sonando dos avisos. Saludos.
De los hombres de plata, destacar la lidia de Rafael Viotti al 3º.
Una vez terminada la Corrida, la terna de espadas y sus cuadrillas se han marchado a cumplimentar a S.M. El Rey, Felipe VI.
Fotos: Alfredo Arévalo – Plaza 1