Cuatro orejas paseó el torero madrileño mientras que una de cada uno de sus oponentes cosechó el de Alicante
Ficha
Plaza de Toros de Almagro (Ciudad Real). Casi lleno. Ejemplares de la divisa de Zalduendo, nobles pero justos de fuerza y de raza.
José Antonio «Morante de la Puebla» (Verde y azabache): Bronca y Aplausos.
Julián López «El Juli» (Gris perla y azabache): 2 orejas y 2 orejas con petición de rabo.
José María Manzanares (Azul marino y oro): 1 oreja y 1 oreja con petición de la segunda.
Incidencias
Al término del paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Rafael Ruiz, cirujano jefe de la Plaza de Toros de Ciudad Real, de Almagro y de otras muchas de la provincia, fallecido ayer. Seguidamente se interpretó el himno nacional.
La corrida comenzó con casi media hora de retraso para que pudieran ubicarse en sus localidades la gran cantidad de personas que querían acceder a la plaza.
Inédito Morante con el primero
De salida ya demostró el primero la poca fortaleza que atesoraba. Morante quedó inédito en este turno, ya que enseguida, viendo la condición del toro cogió la espada. Dos pinchazos y pinchazo hondo en buen sitio. Bronca.
Lo mejor de Morante con el cuarto llegó en el saludo capotero
También evidenció escasa fuerza el cuarto pero al menos le permitió a Morante enjaretarle algunas verónicas de su habitual enjundia. A raíz de ahí, el animal tendió siempre a defenderse precisamente por la poca fuerza, llegando al tercio final agotado y rajado. Medio espadazo con travesía. Aplausos para Morante de la Puebla.
La sapiencia de El Juli por encima del noble segundo
El primero del lote de El Juli fue un astado noble y con clase pero justo de raza. El matador madrileño supo conjugar el temple con las alturas para que el de Zalduendo persiguiera el engaño, sin obligarlo ni bajarle la mano en ningún momento. Faena de gran técnica y de un enorme conocimiento, algo más que normal en Julián López. Pinchazo hondo arriba. Dos orejas.
El Juli se inventa la faena al quinto
El quinto de la función salió muy suelto de los capotes así como también del caballo de picar, protestando. La clave de lo que vendría después en la faena de muleta fue precisamente en la lidia de El Juli tras el paso por el peto, dónde comenzó a encelar al ejemplar de Zalduendo en las telas, para que las tomara sin obligarlo. Dejándole la pañosa puesta delante y a media altura le cuajó Julián una faena a más, inventada por él, sacándole absolutamente todo al enemigo que tenía enfrente. Una vez más inteligencia y conocimiento. Estocada algo trasera. Dos orejas con petición de rabo.
Templado trasteo de Manzanares al tercero
Con templadas verónicas recibió José María Manzanares al tercero, otro astado de buena condición pero demasiado al límite de la casta. Con mucha suavidad y con la franela en la cara para que hubiera reunión y ligazón de los muletazos en la tanda, le cuajó el de Alicante varias series de gran temple y empaque, con la clase de Manzanares. Lo pasaportó de media estocada de buena colocación y cortó una oreja.
Otro apéndice más sumó Manzanares en el sexto
En el sexto se repitió en mayor o menor medida el mismo patrón, poca casta del toro y temple y suavidad en las muñecas del torero, José María Manzanares, para conducirlo. La magnífica estocada con la que dejó para el arrastre al cornúpeta, puso en su mano la oreja, pidiéndose incluso la segunda.
El Juli y José María Manzanares salieron a hombros al final de la corrida.
Cuadrillas
Saludó después de colocar dos buenos pares de banderillas al sexto, Diego Vicente.