El prestigioso Club Cocherito de Bilbao acogió en la tarde de ayer un coloquio homenaje al Maestro Antonio Bienvenida, coincidiendo con el Centenario de su nacimiento, acaecido el pasado mes de Junio.
Para glosar la figura de uno de los toreros más importantes e influyentes de la historia, admirado y recordado por profesionales y aficionados, se dieron cita al hija del Maestro, Paloma Bienvenida, y su nieto, el periodista Gonzalo I. Bienvenida. Junto a ellos, estuvieron también el Presidente del Club Cocherito de Bilbao, Sabino Gutiérrez; y dos socios del Club muy vinculados a la familia Bienvenida, como son Alfonso Carlos Saiz Valdivielso y Leopoldo Sánchez Gil.
Durante más de hora y media fueron relatando de forma muy didáctica y amena, experiencias y anécdotas del Maestro Antonio Bienvenida, desde su nacimiento en Caracas en 1922 hasta su retirada definitiva del toreo el 5 de Octubre de 1974 en el coso de Vistalegre del madrileño barrio de Carabanchel. Como es lógico, en la charla también ocuparon un lugar destacado tanto el gran Manuel Mejías Rapela, «Papa Negro», que fue quién le inculcó a todos sus hijos el amor, el respeto y los valores que entraña la Tauromaquia, como cada uno de los integrantes de la saga, matadores de toros de renombre, en los que la personalidad, el sello propio y la torería eran algunas de las principales cualidades que les adornaban. La accidentada alternativa en Madrid la primavera de 1942, cuándo tanto su hermano Pepe como el propio Antonio Bienvenida pasaron por la prisión provincial al no aprobarse los toros de Miura suficientes para conformar la corrida y negarse ellos a matar otros animales que fueran los de la «A» con asas; la grave cornada en el vientre sufrida en Barcelona ese mismo año de 1942; la denuncia que realizó en 1952 del afeitado de las reses, hecho que le costó el veto de las principales figuras de la época; los paseíllos que trenzó en Las Ventas como único espada, con el reto, que finalmente no pudo cumplir, de estoquear 12 toros en un sólo día; su retirada temporal en 1966 y su vuelta en 1971, de la mano de Domingo Dominguín; o el fallecimiento de sus progenitores, primero El Papa Negro y después su madre, que le marcaron enormemente. De hecho, la muerte de ésta última en 1974 precipitó de alguna manera su retirada, como queda dicho, en Octubre en Vistalegre. Todos ellos fueron temas que se abordaron en el coloquio, que despertó el interés de la afición bilbaína, que llenó por completo la sede del Club.
Foto: Prensa Club Cocherito de Bilbao