El Puerto de Santa María 4 de agosto de 2018. La temporada va alcanzando hitos en este año 2018, con el paso de los días y casi sin darnos cuenta nos hemos plantado en una de las ferias más importantes del universo toro. La temporada en la Real Plaza de Toros de El Puerto de Santa María. Accidentando ha sido el estreno de la nueva empresa Reyma Taurino que ha tenido que preparar, los festejos en un tiempo realmente récord. Pero fiel a su cita, aquí está unas de las ferias indispensables del panorama taurino nacional. Otras, con sus problemas burocráticos, han sido quizás más mediatizada, la Portuense, los lleva teniendo, y los tiene, desde hace mucho, y los aficionados no debemos permitir que una de nuestras temporadas más importantes corra el más mínimo peligro. En el Puerto, se torea.
Pero vamos, a lo realmente importante, y es que hoy sobre el ruedo portuense, vuelven a citarse para medirse en duelo, la vida y la muerte. La verdad del toreo, o de la vida, según se mire; el genio , la elegancia y el futuro. Morante de la Puebla de nazareno y oro (Ovación con saludos y gran bronca), José María Manzanares de sangre de toro y azabache (ovación tras fuerte petición y ovación con saludos) y Daniel Crespo de blanco y oro (oreja con petición de la segunda y oreja) , que tomará la alternativa con un encierro de Joaquín Núñez, descastado y falto de fuerza. En el que harán de sobreros dos astados de Fernando Sampedro. Comenzaba el paseíllo con un minuto de silencio por el que fuese cirujano de esta plaza don Julio Mendoza. QEPD
Algo más de tres cuartos de plaza.
Con Utrito, de 510 Kg, se doctoraba Daniel Crespo de manos de Morante de la Puebla. Un Daniel Crespo que paró al toro a la verónica presentando credenciales ante su público de torero elegante. Ya con la muleta, comenzó hilando todas por el derecho a media altura, y fue sometiendo al animal por bajo poco a poco sin que este se diese cuenta, compuso una faena muy templada y consiguió por el izquierdo que la faena ganase en profundidad; a pesar de ello ejecutó la mayor parte de la lidia por la diestra mostrándose variado en recursos. Estocada atravesada y efectiva. Oreja con petición de la segunda.
Volvía a estar firme David Crespo con el cierraplaza, un animal tecloso que buscaba las tablas cada vez que salía de los trapos, intentó ligar tandas el portuense buscando la pronfundidad de cada cada muletazo, pasaportó de estocada baja. Oreja.
Jergoso de 540 kg. Era el toro con el que se reencontraba Morante de la Puebla con la afición de El Puerto de Santa María, tras la actuación del pasado año y tras la que el diestro cigarrero decidió tomarse un letargo en su carrera. Y comenzó, redimiéndose, toreando a la verónica como siente, si, siete y media que le valieron para conseguir la bula indulgente del respetable, que ya le subió a los altares cuando por chicuelinas se inventó un quite de otros tiempos. En banderillas, «El Lili» tuvo un revolcón, sin ir a mayores porque Blázquez le hizo un quite providencial. Con la muleta tuvo pocas opciones el de La Puebla del Río, a la falta de transmisión del astado había que sumarle lo protestón en las embestidas y que tenía tendencia a salir con la cara muy alta de cada embroque. Estuvo firme Morante, intentándolo por ambos pitones. Se mostró errático con los aceros. Bronca al toro en el arrastre y ovación con saludos para Morante de la Puebla.
El cuarto de la tarde fue devuelto a los corrales por inválido saliendo en su lugar el primer sobrero de Fernando Sampedro. Un animal que se empleó con pulcritud en el caballo, con la cabeza abajo y empujando con los riñones en las dos ocasiones, si ojo, dos a pesar del público, en las que Morante dejó al caballo en la suerte de varas. Con la muleta no lo vio claro y tras varios trincherazos por bajo se decidió a matar al astado. Tras dos pinchazos media estocada caída. Bronca
Ya con el tercero de la tarde, Manzanares, que fiel a su estilo no atacó a su rival con el capote, se enroscó al animal a la cintura con la muleta en la mano, hilando tandas de gran belleza en una continuidad al compás del temple, sin pisar demasiado los terrenos del toro, que duró lo que el de Joaquín Nuñez en pedir los papeles. No pudo el alicantino exigir más al astado, pues la falta de fuerza era evidente. Pasaportó de media estocada. Ovación con saludos tras fuerte petición.
El quinto de la tarde, con el que comenzó muy firme el alicantino buscó las tablas con prontitud impidiendo la ligazón de las tandas y la mayor transmisión de la faena a los tendidos, fue una auténtica lucha la del alicantino para mantener al astado en los medios, ejecutó una faena despegada. Bronca al astado en el arrastre y ovación con saludos.